Como Piñera, el dandy, Bachelet o el mismísimo cura Gatica, los de la UACh venden la pomá. La Responsabilidad Social se instala entre los discursos de las autoridades y dirigentes, quienes se encargan de difundir por todos lados que acá, de verdad, se forman profesionales bajo este principio... fíjate, fíjate…
Eso sí, entre el discurso y la realidad hay un puente de aire; y es por ahí que se quiere hacer transitar el compromiso universitario con las necesidades del entorno social, utilizando como coche (¿bomba?) un elemento conocido para nosotros: el ramo.
Seguí con este Apunte UACho...
Pero, ¿a dónde nos llevará aprobar un facultativo de Responsabilidad Social? El ejército de voluntarios semestrales que se inscriben es evaluado con una nota que, lamentablemente, no incentiva aterrizar concretamente en esta realidad, esa que no es esquiva ni temporal, sino fija, latente y sufriente para miles y miles de familias sin acceso a una educación, salud, trabajo o vivienda digna, en esta manoseada nueva Región.
Seamos sinceros: ¿dónde quedan las intervenciones sociales que se realizan por algunos días a la semana, por unos cuantos meses? Muchos saben que quedan en la alegría del estudiante de buena voluntad, pero que se desmoronan en el territorio trabajado junto con las ilusiones de los pobladores, al no ver algún cambio significativo en las condiciones de vida.
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